La unidad espacial se rompió en los Siglos XVI y XVII con la construcción en su interior de diversos edificios como la Lonja, las Carnicerías Reales o la Isla de la Panadería, subdividiéndola en Plazuelas, la del Peso, la del Ángel o la de la Lonja.
En el eje del repecho el Concejo levantó "Casillas" de madera que alquilaba a los comerciantes, la zona baja se convirtió en la Plaza del Carbón y más tarde, en la Plaza del Comercio y las Verduras, lo que hoy es el Mercado de Abastos. La zona alta, hoy Plaza Mayor, siguió denominándose Plaza de San Martín.
La ciudad llevaba tiempo reclamando una Plaza en condiciones, los primeros intentos se remontan al reinado de Felipe II, pero no fue hasta 1.710, año en que el Rey FELIPE V visitó la ciudad en que el sueño pudo comenzar a hacerse realidad. Salamanca le había apoyado fervientemente en la Guerra de Sucesión contra el Archiduque Carlos de Austria y aprovechó la ocasión para demandarle autorización para erigir una nueva Plaza porticada. Gracias al empeño del Corregidor D. RODRIGO CABALLERO y LLANES, la licencia real se produjo en Enero de 1.729 y las obras comenzaron en Mayo de ese mismo año.
Las trazas se encargaron a ALBERTO DE CHURRIGUERA, que a la sazón dirigía las obras en la Catedral Nueva.
El proyecto de Churriguera presenta un cuadrilátero con fachadas de cuatro plantas, la inferior es un Pórtico con arcos de Medio Punto y las tres restantes de Balcones corridos. En las esquinas y centro de cada lado, Arcos tunelados que dan acceso a las calles adyacentes.
La obra comenzó por la línea de Naciente, el Pabellón Real. Los terrenos pertenecían al Municipio y no planteaban problemas de expropiación.
El cuerpo central presenta un gran Arco que ocupa dos pisos, enmarcado por Pilastras gigantes cajeadas. La clave del arco está cubierta por una exuberante ornamentación Barroca.
En las enjutas, dos Medallones con los Reyes FELIPE V, que instaura la dinastía Borbónica en España e ISABEL de FARNESIO.
En el segundo piso, una Cabeza de León sostiene de una argolla una Placa de pizarra enmarcada en profusa decoración, con la siguiente leyenda: "Reinando Felipe V el Animoso, la muy noble y leal ciudad de Salamanca empezó esta obra a 10 de Mayo de 1.729, siendo Corregidor el Señor don Rodrigo Caballero y Llanes intendente general de Castilla, por sus diputados los Señores Don Juan de Barrientos y Solís,
Don Francisco Honorato y San Miguel, Don José del Castillo, Conde de Francos, Don Juan Gutiérrez y Don Francisco de Soria. Y se concluyeron las doce casas de esta linea llamada el Pabellón Real, el dia 3 de Marzo de 1733. Soli Deo honor et gloria."
En el último piso la efigie de San Fernando, patrón de la Monarquía Española, en mandorla y rodeado de cortinajes. En los laterales el Escudo Municipal dividido, a la izquierda, las Barras y a la derecha, el Puente con el Toro. Rematando el conjunto, una Peineta donde está labrado el Escudo Real con una corona de metal. Dos Obeliscos se recortan en el cielo orlados con sendas Flores de Lis en honor de la dinastía Borbónica.
Una Balaustrada pétrea recorre las alturas por toda la Plaza entre plintos con Obeliscos marcando el ritmo vertical de las Pilastras que recorren los pisos y el horizontal de los Balcones, decorados con Placas recortadas, Ménsulas voluminosas y marcos con orejeras.
En las enjutas de los Arcos, admirables MEDALLONES de mármol blanco y orla de mármol negro, de tradición Renacentista, obra de ALEJANDRO CARNICERO. Representan a los Reyes de España desde ALFONSO IX a FERNANDO VI, gracias a una cartela con el nombre, fácilmente identificables.
El Rey promotor está presente por triplicado. Junto a su esposa en el Arco principal, en el arco que le corresponde cronológicamente, seguido de su hijo LUIS I, en el que abdicó y después de éste, ya que Luis I falleció a los pocos meses de acceder al trono. El artista no se limita a renovar el vestuario, también modifica la postura y hace visibles en el rostro del Monarca los vestigios de la edad.
La obra continúa levantándose el lienzo de Mediodía, PABELLÓN DE SAN MARTÍN, en terrenos que pertenecían al Concejo y a la Parroquia de San Martín. Los Medallones están dedicados a Héroes y Prohombres de la Historia de España. El gran arco que delimita el final da paso a la Plaza del Corrillo, donde se encuentra la Iglesia de San Martín, y ocupa dos plantas al igual que el Arco central de este lado, llamado Arco del Toril pues tal era su función en las corridas de toros.
El Cid |
La construcción de esta crujía se prolongó durante dos años. A partir de aquí, comienzan los problemas ya que los propietarios de las siguientes, Universidad, Nobles, Cabildo y Congregaciones fueron obligados por el Consejo de Castilla a un acuerdo total con el Consistorio. El Conde de Grajal fue el más reticente y han de pasar quince años para que se reanuden las obras.
En 1.750 se han terminado los litigios y, desde el Arco del Prior se levanta el Pabellón de Poniente, también llamado de PETRINEROS ya que en él se establecía la factura y venta del cuero. Aún tenía otro apelativo, CUARTEL de los SABIOS, pues los Medallones debían portar las efigies de hombres ilustres de la Ciencia, Literatura y Filosofía. Desafortunadamente no se labraron en aquel momento.
El Consistorio había nombrado en 1.749, un nuevo maestro de obras para acometer la construcción de los lados Oeste y Norte, ANDRÉS GARCÍA DE QUIÑONES.
Catedralicio y sobre los Balcones
aparece su escudo con el Jarrón de
azucenas. Le siguen las casas de la Universidad, la Encomienda de San José, los Caballeros Veinticuatro, la Real Clerecía de San Marcos, el Colegio de Anaya..., gracias a los Escudos la propiedad es indudable.
Con el tiempo se han ido tallando los Medallones, Cervantes, Santa Teresa, Francisco de Vitoria, Unamuno, Fray Luis de León...
Simultáneamente a la construcción de este lado se trabajaba en el lado septentrional que va desde la Calle del Concejo hasta la Calle de Herreros, hoy Calle Toro.
El Pabellón norte fue designado SOLIO de los SANTOS, pues los Medallones estaban asignados a los más relevantes Santos Españoles presididos por Santiago. Este es el lado más corto del cuadrilátero, 74 metros por los 78 del Pabellón Real y los 82 metros de los dos restantes; al parecer por las disputas con algún propietario.
Andrés García de Quiñonessigue las trazas de Churriguera excepto en la CASA CONSISTORIAL, que proyecta él mismo. Un cuerpo que destaca en altura y se adelanta marcando de forma nítida sus límites y su primacía, compitiendo con el vecino PABELLÓN REAL del lado oriental.
Consta de un PÓRTICO de cinco Arcos, siendo el central el más ancho y CARPANEL, y los laterales, de Medio punto y PERALTADOS.
El Arquitecto gallego despliega en esta Fachada un muestrario de Recortes, hasta los utiliza en el Friso sustituyendo a las Metopas. Su fantasía quiebra y dobla los Frontones rematándolos en Volutas, rodea los Balcones de molduras tridimensionales, algunas de ellas sirven de apoyo a lindos Angelotes, tras las columnas, asoman dos filas de Pilastras, Rocallas en los remates, es más que Barroco, es la obra de un genio.
Proyectó dos Torres laterales que no llegaron a levantarse y así, se recortan en el cielo las personificaciones de la Agricultura, Industria, Comercio y Astronomía.
La ESPADAÑA se levantó en 1.852, obra de TOMÁS CAFRANGA, siguiendo el proyecto de García de Quiñones, tres huecos para las Campanas y Alegorías de las Cuatro Virtudes Cardinales.
Los Medallones no fueron esculpidos, salvo el de CARLOS III, a la izquierda del Arco Carpanel de la Calle Herreros, que ocupaba el trono en el momento de finalización de la Plaza, 1.755. Posteriormente se han ido tallando con las efigies de los siguientes monarcas, reservando las enjutas del Arco principal al Corregidor Don Rodrigo Caballero y Llanes y al arquitecto ALBERTO CHURRIGUERA.
En las Hornacinas que flanquean el Balcón principal se ubicaron en 1.806 las estatuas de Carlos IV y María Luisa de Parma que fueron derribadas en la Revolución de 1.868.
La única fachada exterior es la de Mediodía donde se distinguen las bóvedas interiores de Aristas que descienden hacia la Plaza del Mercado y se aprecia el desnivel que dividía en dos la antigua Plaza de San Martín. En la clave del Arco una cabeza de Toro y en los machones, el escudo de la Ciudad.
Se consagró a la Gloria de España, representada por sus Reyes, Héroes, Sabios y Santos.
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