jueves, 13 de marzo de 2014

PRIMERAS OBRAS

Salamanca posee un gran número de monumentos de primer orden y todos ellos tienen una característica única en el mundo: están realizados en Piedra Arenisca de Villamayor, una cantera en las afueras de la capital.
Su facilidad para ser labrada se debe a la blandura que posee al ser extraída de la cantera, adquiriendo dureza con el tiempo y la pérdida de humedad. Esto permite realizar trabajos de filigrana, cercanos a la platería, lo cual dió origen al término "Plateresco", el inimitable y especial estilo del Renacimiento Salmantino.
Universidad Pontificia
Otra sutil propiedad de esta piedra es su cambiante color, de amarillo a rojo, pasando por toda la gama de naranjas y dorados según la hora del día y la incidencia de la luz solar, el rojizo del atardecer es tan sugerente que dota a los edificios de una calidez asombrosa. La causa es este fenómeno es el contenido en óxidos de hierro que posee la también conocida como Piedra Franca.
Universidad Civil



Me gustaría resaltar otra cualidad de los monumentos salmantinos y es la gran variedad de estilos occidentales que encontramos en la ciudad, salvo arte musulmán, hay ejemplos de las principales corrientes artísticas, desde la época prerromana hasta el arte del S. XX.

Voy a realizar un recorrido cronológico que, a la vez, será estilístico, obviamente. Pero más que en fechas y datos objetivos, incidiré en las características determinantes para diferenciar estilos y corrientes artísticas. 


PRIMEROS VESTIGIOS ARTÍSTICOS


VERRACO CELTA
En la época anterior a la dominación romana la cuenca del Duero estaba ocupada por los "vacceos", de origen celta. Este pueblo construyó dos fortalezas para defender el lado occidental de sus dominios, una en Zamora y la otra en Salamanca, denominada Salmántica. 

En la capital podemos admirar una de sus obras, la enorme estatua zoomórfica de la edad del Hierro, este gran verraco con trazas de toro, fragmentado y sin cabeza, que es célebre como protagonista del episodio recogido en el capítulo primero del 'Lazarillo de Tormes', donde, el aprendiz de pícaro, Lázaro, relata en primera persona la pesada broma que le gasta el ciego al que sirve como lazarillo, más adelante éste se vengará.

Hay otras huellas de los Celtas en la zona: Castros como en Yecla de Yeltes (A 90 km. de Salamanca).
El castro prerromano de Yecla La Vieja es reconocido como el vestigio amurallado más antiguo que queda en la comarca de los Arribes del Duero. Se trata de una construcción de origen vetón que data del siglo V antes de Cristo. 
Y qué actuales: Se cuidaban en su apariencia ya que la obesidad era algo repugnante para los celtas. "Tratan de no engordar ni de ponerse panzudos", escribió el griego Estrabón, "y ningún joven es perfecto si excede la longitud fijada del cinturón”.


El toro poseía una importante carga simbólica en la Antigüedad  Mediterránea, representando el poder, la fuerza y la fecundidad: pintados en las paredes de las cuevas prehistóricas y tallados en huesos, el buey Apis Egipcio y la fiesta en la que el Faraón renovaba su fuerza y vigor como soberano corriendo junto a un toro, Teseo y el Minotauro y los juegos taurinos en Creta, el rapto de Europa por Zeus metamorfoseado en un toro blanco.  
   Los Celtas de la Meseta también admiraron y veneraron al toro, aunque los autores no coinciden en su significado o utilidad, desde mojones para delimitar territorios, hasta obras de carácter funerario, pasando por ídolos religiosos, símbolos propiciatorios de la fecundidad u ofrendas a los dioses. Sea cuál fuese el motivo, es curioso observar la ausencia en el arte celta de representaciones humanas, algo que sí ocurre en el coetáneo arte de los Íberos, al sur de la península.

PUENTE ROMANO
Con la victoria de los romanos sobre los cartagineses se consolida la ocupación romana y el desarrollo de la ciudad, perteneciente a la provincia romana de la Vectonia, con capital en Mérida. Su importancia como centro de intercambio de productos y el hecho de su localización junto a un vado natural sobre el Tormes colabora a que pase por la ciudad una de las calzadas romanas más importantes de Hispania, la Vía de la Plata. El pavimento, formado por grandes losas, ha resistido al paso del tiempo en diversos puntos de la provincia, destacando Baños de Montemayor. Fue trazada en el siglo I para conectar el sur de la Península con el norte, uniendo Emérita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga). Para el paso de esta vía se construye un importante puente, probablemente en la época del emperador Trajano.


Los quince arcos de medio punto cercanos a la ciudad son los romanos, los once restantes son del S. XVII:
"La puente fué edificada
Por artificio romano,
Lo otro medio, es hispano."





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