viernes, 18 de julio de 2014

LA CASA DE LAS MUERTES



Notable edificio en sus dos vertientes, la histórica y la mítica, a la cual nos encamina su nombre... Nombre que recibe por las Calaveras, antes llamadas Muertes, que rematan las ménsulas de las Ventanas. Tan funesta fue la fama de la Casa que a la propia calle Bordadores donde se ubica se la conocía como Calle de las Muertes.
Bien es sabido que la reputación siempre tiene una causa y es que en 1.851 fue asesinada en su interior Doña María Lozano,  crimen impune pues no se prendió al autor. A partir de ese momento la Casa quedó deshabitada más de dos años, pues nadie quería adquirirla.
LA LEYENDA
No sólo una, varias historias truculentas están asociadas a esta casa, todas de final sangriento. Y de las que relata en su libro mi maestro D. Julián Álvarez Villar, elijo la Leyenda de Doña Mencía. Tímida y bella dama que conquistó el corazón de Don Diego, el más afamado burlador, arrogante y seductor galán de la ciudad. Prendado de la graciosa, dulce y misteriosa doncella la pidió en matrimonio. Apenas desposados, la antes recatada y cándida criatura, una vez paladeó los placeres del amor, no se conformó con su esposo y comenzó a dedicarles carantoñas a otros hombres. Al partir Don Diego a cumplir sus deberes militares ella repartía sus noches con tres varones. 


Ya de vuelta, los mentideros de la ciudad se hicieron eco de tamaña afrenta y el esposo fue informado de ello. Don Diego se juró matar a los tres e hizo creer que partía de caza a los Montes de León, regresó amparado en la noche y mató al galán a la puerta de su casa. Una treta similar utilizó para deshacerse del segundo y del tercero, con tal mala suerte que en esta última lid quedó herido y subió al dormitorio donde se encontraba Doña Mencía, aterrorizada al ver aparecer a su marido con la espada y sangrando. Imploró clemencia pero Don Diego se abalanzó, herido de muerte, a lanzarle una estocada y falto de fuerzas, perdió la espada pero fue capaz de atenazar con sus manos el cuello de su esposa... Así los encontraron a la mañana siguiente, sin vida, ella con los ojos abiertos de espanto y él, con una macabra sonrisa.



LA HISTORIA
La construcción data de 1.531 y tiene relevancia histórica por ser la vivienda del insigne Arquitecto JUAN DE ÁLAVA IBARRA, autor de esta primorosa Casa y de otras obras en la ciudad.
Destaca la Armonía y Simetría de todos los elementos de la Fachada, así como la calidad y finura de los elementos decorativos. Preside un busto del Patriarca Arzobispo Fonseca IIque porta su escudo familiar en el Medallón. A él le es ofrecido el escudo de Ibarra por dos personajes de época, uno de ellos descubriéndose y portando ambos Compases, en clara alusión de Homenaje del Arquitecto al Patriarca. Rodeado de Querubines que vuelven a aparecer en la magnífica CORNISA.




Los MEDALLONES que flanquean el Balcón y las Ventanas suponemos que son Retratos de época, posiblemente del Arquitecto y su familia. Las Ventanas, enmarcadas en Pilastras con grutescos y Columnas de orden Corintio, que sustentan estatuillas infantiles, están coronadas con FRISOS de exquisita factura, representando animales alados simétricos.

Aún sin conocer Historia y Leyenda, esta Joya del Plateresco no pasa desapercibida.

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