Salamanca tiene el honor de atesorar dos Catedrales, la Románica o Catedral Vieja y la Nueva.
Desde finales del S. XV, el Cabildo hizo llegar al Papa la necesidad de construir una nueva Catedral a través de una carta de los Reyes Católicos: "Salamanca es de las insignes, pupulosas y principales ciudades de nuestros reynos e la Iglesia Catedral es muy pequeña y oscura y baxa". El aumento demográfico y el constante incremento de la relevancia de la Universidad estaban haciendo de Salamanca la ciudad referente de la cultura y la ciencia en el mundo.
Comienza una aventura constructiva de varios siglos cuya primera fecha destacable es la que aparece en el relieve que se encuentra en la Fachada principal. Enmarcado en un Alfiz y coronado, el Búcaro de Azucenas, símbolo de la Virgen y emblema del Cabildo Catedralicio, sobre la placa que marca el inicio de las obras, el Jueves 12 de Mayo de 1.513.
Las trazas iniciales se deben a ANTÓN EGÁS y ALONSO RODRÍGUEZ, maestros, respectivamente, de la Catedral de Sevilla y de Toledo.
Se nombra Maestro Mayor para la dirección de obras a JUAN GIL DE HONTAÑÓN, comprometiéndose éste a levantar las cuatro Capillas del Evangelio, lado Norte y encargando a JUAN DE ÁLAVA, tres Capillas de la Epístola.
Aunque los dos arquitectos litigaron hasta la extenuación, ambos cumplieron y en 1.526, al fallecer Juan Gil, es nombrado Maestro, JUAN DE ÁLAVA que modifica las trazas y dirige las obras hasta su muerte en 1.538. Es entonces cuando accede a la dirección de las obras, el gran maestro RODRIGO GIL DE HONTAÑÓN, hijo de Juan Gil de Hontañón.
No es lo habitual, pero la obra se comenzó por los pies donde podemos admirar la Fachada de cuatro arcos, el quinto, omitido por la presencia de la Torre, que corresponden a las tres naves y a las laterales de Capillas. Estos sensacionales Arcos parecen esconder unas atractivas Bóvedas de Crucería caladas y albergan la obra cumbre de JUAN GIL DE HONTAÑÓN. El central corresponde a la Nave principal del templo, de mayor altura que las laterales y cuyo remate ya es obra de RODRIGO GIL DE HONTAÑÓN.
Sobre la Puerta de Arcos Rebajados o Carpaneles, y Geminada, que recuerda a la de la Universidad, dos exquisitas escenas, el NACIMIENTO y la EPIFANÍA, también bajo el mismo tipo de arco, acogidos, a su vez, por un gran arco Trilobulado que deja espacio para un Escudo del Cabildo arropado por las alas del Águila de San Juan.
Todo el conjunto, bajo un colosal Arco Conopial sobre el que se muestra el espléndido CALVARIO, flanqueado por las inmensas imágenes de SAN PEDRO y SAN PABLO.
El calado pétreo del Arco Triunfal, decorado con sendos Escudos Marianos, no hace sino constatar la habilidad de Juan Gil de Hontañón en su obra maestra. El remate de esta nave central es obra de su hijo Rodrigo, el cambio de estilo es nítido, sólo elementos Clasicistas: Arcos de Medio Punto, Óculos, Medallones, Friso con las Cruces que ya Rodrigo utilizó en el Palacio de Monterrey, un magnífico Frontón con dos Cuernos de la Abundancia y Animales Fantásticos a modo de Crestería, y un Candelero que se alza al cielo.
La Balaustrada marca la separación entre la obra del padre y del hijo, entre el Gótico tardío y el Renacimiento Clásico.
"Una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas”. Es una ASUNCIÓN por ser la titular de la Catedral y uno de los ángeles porta una cartela con el lema "subió al cielo". Es de suponer que los que negaban la Concepción Inmaculada de María, arrancaron el cartel del ángel de la derecha en el podría leerse: "No hay en tí Pecado Original". La Iglesia declaró DOGMA DE FE, en 1.854, la Concepción Inmaculada de la Virgen.
Desde el lado Norte, en la Plaza de Anaya, se observa el Escalonamiento de Naves, típico del Gótico. La nave de Capillas está rematada por una Crestería Gótica, la Nave Lateral por una Plateresca y la Nave Central por una Balaustrada Renacentista y decorada con Medallones. El cambio de estilo es patente y nos habla de los Maestros sucesivos, Juan Gil, Juan de Álava y Rodrigo Gil. Llaman poderosamente la atención los Arbotantes, elemento constructivo del Gótico a los que Rodrigo dotó de unos colosales Óculos que recuerdan a Bramante, el Arquitecto Romano más clásico del Cinquecento.
En este lado se abre la magnífica PUERTA DE RAMOS, obra de JUAN GIL. El relieve y las figuras de San Pedro y San Pablo son del S. XVII, realizados por JUAN RODRÍGUEZ, el mismo que trabajó en la Portada del Perdón.
El Arco de Medio punto de la Puerta está decorado con Seres Fantásticos, heredados del Gótico, al igual que los motivos vegetales de Cardillos que no dejan un espacio libre de adorno en toda la fachada. Sobre la puerta nace otro arco gemelo que cobija la escena de la "Entrada de Jesús en Jerusalén", al fondo enormes Palmeras, demasiado enormes, y edificios de la ciudad en la lejanía.
A los lados de los Santos hay dos Medallones,
apenas destacados entre la profusa decoración, retratando a los Reyes Católicos.
Destaca el enorme Rosetón por el que danzan en fila unos exóticos Dragones.
La mitad inferior de la placa se dejó sin labrar y estaba destinada a serlo en la fecha definitiva de Fin de las obras. Hecho tuvo lugar el Diez de Agosto de 1.733, el Papa era Clemente XII, el Rey era Felipe V y el Obispo José Sancho Granado.
En los años transcurridos entre ambas fechas nuevos Maestros estuvieron al frente de la construcción tras la muerte del gran Rodrigo Gil de Hontañón. Destacaremos a JUAN DE RIBERO RADA, desde 1.589; a JUAN DE SETIÉN GÜEMES desde 1.668 y, desde 1.714 al Maestro JOAQUÍN DE CHURRIGUERA.
EN EL TEMPLO
La época más fructífera en la edificación del templo, corresponde a la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón. Modifica el proyecto y aplica sus excepcionales competencias constructivas para elevar las Bóvedas de las tres Naves, diseña la estructura de los Vanos que se adornarán con Vidrieras de Flandes e introduce elementos Clásicos como son los Medallones que adornan los Arcos de las Naves. Los Capitales son casi imperceptibles, los Nervios discurren hacia lo alto y se intercalan con otros que unen las Claves y que son meramente decorativos pues no arrancan de los pilares, sin embargo aportan dinamismo a la superficie por la que discurren.
La Balaustrada exterior tiene su gemela en el interior y discurre por toda la Nave permitiendo recorrerla a modo de Deambulatorio. RODRIGO GIL, Artista versátil, adaptó el Gótico renovándolo, elimina los elementos ornamentales goticistas y se centra en los meramente arquitectónicos.
JUAN DE SETIÉN GÜEMES levantó las Bóvedas del Crucero y la Girola siguiendo el diseño de Rodrigo Gil y sentó las bases del CIMBORRIO, obra de JOAQUÍN DE CHURRIGUERA. Parecía que, después de tantos siglos y avatares, la Catedral estaba terminada cuando el Terremoto de Lisboa, el 1 de Noviembre de 1.755, se cebó con ella. Los informes determinaron que sería necesario demoler la obra de Churriguera pues amenazaba con desplomarse. Se encarga a JUAN DE SAGARVINAGA y a JUAN BAUTISTA SAQUETTI, la sustitución del dañado y construcción del nuevo.
Salvaron las cuatro Pechinas de Churriguera con relieves Barrocos de Conchas triangulares que acogen el símbolo catedralicio. Sobre ellas levantan el Tambor con Relieves de escenas Marianas que soporta una Cúpula Neoclásica.
En Diciembre de 1.765 termina una Odisea de varios siglos que fue posible gracias al empeño del Cabildo catedralicio, los Reyes y de la ciudad de Salamanca por concluír su sueño.
El Terremoto de Lisboa también provocó serios daños en la Torre de Campanas, a la derecha de la entrada. Curiosamente es poseedora de más estilos que la Catedral Nueva, ya que pertenecía a la Catedral Vieja, de hecho, en su interior se encuentra la Capilla de San Martín, del S. XIII. Sobre ella se levantó un cuerpo cúbico que aloja el primer Campanario, base de un cuerpo Octogonal con el segundo campanario. El remate es una majestuosa Cúpula coronada por un Templete y Cupulino bajo la Veleta y la Cruz.
El ingeniero BALTASAR DEVRETÓN, que había solucionado problemas similares en las Catedrales de Córdoba y Granada, también afectadas por el terremoto, sugirió cinchar con cadenas los cuerpos inferiores y forrarlos con Sillería. JERÓNIMO GARCÍA DE QUIÑONES fue el encargado de dirigir las obras para ocultar las cadenas. Ventanas ciegas y el Escudo catedralicio ornan el Talud que salvó la Torre.
LAS CAPILLAS
Nacieron como Capillas, cada una con su Promotor, y se han convertido en pequeños Museos que han recibido aportaciones de artistas durante varios siglos.
Entre todas ellas sobresale la CAPILLA DORADA, quizás la más antigua, y su decoración GÓTICA así lo revela, Arcos Conopiales y Cresterías vegetales decoran los Sepulcros y los Oros, tan queridos por el Gótico, le otorgan el apelativo.
Más de cien esculturas cubren sus muros, distinguiéndose las de Adán y Eva que recuerdan a Venus y Hércules de la Fachada de la Universidad, y una "Muerte" que se asoma desde un hueco en el muro con la inscripción latina "Memento Mori", Acuérdate que has de morir.
Sólo en apariencia la Catedral de Salamanca es una catedral Gótica. Un atento y detenido examen nos desvela elementos Platerescos, Clasicistas, Barrocos y Neoclásicos, emanados de los más afamados e insignes Artistas de cada época. Maestros que dejaron su sello de autor pero que respetaron la imagen que el Cabildo pretendía e intentaron conseguir una Uniformidad de Estilo para evitar que su obra desentonara del conjunto. Y, por encima de todo, aplican el principio clásico de "Concinnitas", es decir, de Armonía y Respeto a lo que te precede.
PATIO CHICO
Sin duda, la decisión de no demoler la Catedral Vieja fue histórica, contadas ciudades en la Cristiandad pueden presumir de dos Catedrales.
En el Patio Chico se unen las dos Catedrales, componiendo un rincón muy especial para los Salmantinos... Y que sorprende a los foráneos, cuando recalan a él por estrechas callejuelas solitarias, al doblar una esquina se hallan ante una estampa del pasado, una imagen que permanecerá en sus retinas.
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