Situada en la Calle de Carvajal, es la Cripta de la antigua Iglesia de San Cebrián, del S. XII, como todas las Iglesias Románicas de la ciudad.
Cuenta la Leyenda que en este espacio Satanás, bajo la apariencia de sacristán, impartía Astrología judiciaria, Geomancía, Hidromancía, Piromancía, Quiromancía y Necromancía.
Los discípulos se turnaban de siete en siete y se sorteaban el pago de las clases de todos. Uno de los alumnos del Sacristán Clemente Potosí fue el Marqués de Villena, Enrique de Aragón, nacido en 1.384, hijo de don Pedro de Aragón —que murió a caballo en Aljubarrota— y de doña Juana, hija bastarda del rey Don Enrique II de Trastámara.
Cuando le tocó pagar, al no poder hacerlo pues estaba entrampado, hubo de acatar la pena de permanecer encerrado en la Cueva.
"Estudio nigromanteso
De la cueva Cipriana,
Do es opinión castellana
De siete quedar un preso."
Al día siguiente cuando llegaron el sacristán y el resto de acólitos quedaron perplejos al no hallar al Marqués, ya que éste se había escondido en una gran tinaja. Salieron despavoridos a proclamar la supuesta desaparición, momento que aprovechó el Marqués para deslizarse fuera de la tinaja y de la Cueva.
Se atribuyó la fuga a un artificio diabólico y el Marqués adquirió fama de gran Nigromante. Fama que creció después de muerto, de tal manera, que el rey Don Juan II ordenó a Fray Lope de Barrientos, que "entregase al fuego sus escritos".
De las obras que se salvaron destacan "Los doce trabajos de Hércules", escrita en catalán y que él mismo tradujo al castellano y "Arte Cisoria" que terminó en el Castillo de Belmonte.
También destacan sus traducciones: "La Divina Comedia" de Dante, -primera que circuló en castellano-, "La Eneida" de Virgilio y la "Retórica" de Cicerón.
Cuenta la Leyenda que en este espacio Satanás, bajo la apariencia de sacristán, impartía Astrología judiciaria, Geomancía, Hidromancía, Piromancía, Quiromancía y Necromancía.
Los discípulos se turnaban de siete en siete y se sorteaban el pago de las clases de todos. Uno de los alumnos del Sacristán Clemente Potosí fue el Marqués de Villena, Enrique de Aragón, nacido en 1.384, hijo de don Pedro de Aragón —que murió a caballo en Aljubarrota— y de doña Juana, hija bastarda del rey Don Enrique II de Trastámara.
Cuando le tocó pagar, al no poder hacerlo pues estaba entrampado, hubo de acatar la pena de permanecer encerrado en la Cueva.
"Estudio nigromanteso
De la cueva Cipriana,
Do es opinión castellana
De siete quedar un preso."
Al día siguiente cuando llegaron el sacristán y el resto de acólitos quedaron perplejos al no hallar al Marqués, ya que éste se había escondido en una gran tinaja. Salieron despavoridos a proclamar la supuesta desaparición, momento que aprovechó el Marqués para deslizarse fuera de la tinaja y de la Cueva.
De las obras que se salvaron destacan "Los doce trabajos de Hércules", escrita en catalán y que él mismo tradujo al castellano y "Arte Cisoria" que terminó en el Castillo de Belmonte.
También destacan sus traducciones: "La Divina Comedia" de Dante, -primera que circuló en castellano-, "La Eneida" de Virgilio y la "Retórica" de Cicerón.
El espacio que podemos contemplar está al aire libre pero conserva
su bóveda de piedra, y la puerta con vestigios de los escalones que descendían de la Iglesia. Y se cree que era la entrada a un laberinto de túneles que recorría toda la ciudad, conectando lugares como la Catedral y la actual Universidad Pontificia.
su bóveda de piedra, y la puerta con vestigios de los escalones que descendían de la Iglesia. Y se cree que era la entrada a un laberinto de túneles que recorría toda la ciudad, conectando lugares como la Catedral y la actual Universidad Pontificia.
A modo de curiosidad, comentar que en América Latina se llaman “salamancas” las cuevas o lugares oscuros donde se practica magia negra.
Cervantes le dio un tratamiento burlesco a esta leyenda en su entremés: "La Cueva de Salamanca".
Torre de Villena |
Cercana a la Cueva se encuentra la Torre medieval llamada del Marqués de Villena, aunque nunca le perteneció.
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